No sólo el tráfico de especies exóticas puede provocar un efecto negativo sobre los ecosistemas (por razones tales como la competencia por el alimento o los nutrientes, la ocupación del hábitat por la especie introducida, entre otras causas). Muchas veces, de modo no intencionado se introducen especies utilizando otras como vehículo de expansión.
Un ejemplo de ello podría ser el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus, Olivier 1790), también conocido como escarabajo o curculiónido ferruginoso. Es un gorgojo de la familia de los Curculiónidos que actualmente se considera una de las plagas más preocupantes para las palmáceas.
Es originario de las áreas tropicales del Sudeste Asiático y Polinesia. El creciente aumento de la importación de palmeras asiáticas para abastecer el mercado desencadenó su expansión hacia el oeste.
Su entrada en España se produjo por la costa andaluza mediante la entrada de palmeras datileras adultas infectadas procedentes de Egipto y destinadas a la jardinería. Fue detectado por primera vez en Almuñecar (Granada) en 1995. Posteriormente, en localidades del litoral malagueño y de la Comunidad Valenciana (2004), cuya importancia en esta última zona es indiscutible, debido a la elevada densidad de palmeras presentes en ciudades como Elche, cuyo palmeral (con más de 200.000 ejemplares) se encuentra reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Se ha detectado, principalmente, en la Palmera datilera (Phoenix dactylifera) y Palmera canaria (Phoenix canariensis). También en otras como el Cocotero (Cocos nucifera) y la Palmera de Guinea (Elaeis guineensis).
El ciclo de vida del insecto es de tres a cuatro meses, y con un total de hasta cuatro generaciones al año. Cada hembra puede poner unos 350 huevos. En una misma palmera se desarrollan varias generaciones hasta que la planta muere, momento en que los adultos la abandonan para colonizar una nueva palmera y repetir el proceso. Pueden realizar vuelos de desplazamiento de hasta cinco kilómetros.
La hembra adulta hace la puesta en la corona de las palmeras más tiernas. Las larvas al crecer penetran el tronco alimentándose del sistema vascular del tallo y labrando galerías. Come y tritura el tronco, produciéndose una fermentación (aumento de la temperatura interior y fuerte olor).
La detección temprana del picudo rojo en las palmeras es difícil, ya que el daño de la larva es muy complicado de observar, al encontrarse en el interior del tallo, de modo que la afección suele ser irreversible.
Los síntomas que se pueden detectar en los ejemplares de palmera afectados son:
- Hijuelos secos o sueltos, que al desprenderse fácilmente presentan fibras comidas en el punto de unión.
- Palmas externas desprendidas, que presentan al desgarrarse galerías en la zona de inserción del tronco.
- Aspecto desplomado de la corona.
- El ojo de la palmera (o yema principal) se muestra desplazado o no existe, y adquiere una tonalidad amarillenta.
- Presencia de orificios en los cortes de las tabalas.
- Palmas en forma de punta de flecha.
- En todas las especies, la fibra atacada presenta una coloración rojiza, ligeramente humedecida y con un olor ácido característico, debido al proceso de fermentación.
(foto: palmera afectada gravemente con picudo rojo. Se puede observar claramente el aspecto desplomado de la corona).
Como posibles métodos de control a esta plaga tenemos:
- Confirmar la presencia de adultos mediante trampas cebadas con atrayentes sintéticos (feromonas de agregación).
- Las palmeras más afectadas deben arrancarse y quemarse para evitar la salida de adultos y su dispersión.
- Realizar riegos abundantes en junio y julio.
- Aplicar dosis dobles nutricionales para potenciar la subida de savia.
En la prevención resulta esencial la exigencia del pasaporte fitosanitario a las palmeras de importación, así como la inspección de las palmeras procedentes de países no pertenecientes a la Unión Europea y su sometimiento a medidas de cuarentena previas a su introducción.
Bibliografía consultada:
- Sociedad Española de Entomología Aplicada
- Consell de la Joventut d'Elx. Area de Medi Ambient. Campaña de Voluntariado Ambiental “Tod@s contra el picudo rojo”
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